El Loco Abreu

Pocas veces un apodo ha estado tan relacionado con un jugador de fútbol, hasta el punto de que la mayoría de la gente no sabe su verdadero nombre. Pocas veces un futbolista acumula tantas anécdotas por haber pasado por una enorme cantidad de países y clubes alrededor del mundo. Pocas veces, la calidad de un futbolista está un tanto ocupada por la personalidad y las historias que le rodean.

Pocas veces en la historia del fútbol puedes encontrar un jugador como "El Loco" Abreu y por eso vale la pena escribir un artículo sobre él.

Sus comienzos

Washington Sebastián Abreu Gallo, nació el 17 de octubre de 1976 en la ciudad de Minas, capital del departamento de Lavalleja en Uruguay, donde creció con el apodo de "El Negro", apodo algo diferente al que nos tiene acostumbrados. pero según el propio Abreu, se debió a su ascendencia africana por parte de su padre, que también jugaba de delantero y al que él mismo define como "loco de agarrarse a piñas (golpes)".

A los 14 años jugaba tanto al fútbol como al baloncesto, beneficiándose de su altura que, de una forma u otra, le favorecía en ambos deportes y, además, era periodista de un diario local. En una ocasión, tuvo que cubrir un partido de baloncesto en el que también era jugador y en el que acabó siendo el mejor jugador. Dentro de esta situación, Abreu, como periodista, decidió entrevistar a la figura del partido, el jugador de Abreu, por lo que él mismo se fue haciendo las preguntas y, a su vez, respondiéndose a sí mismo. Así nació la entrevista a Washington Sebastián Abreu realizada por Washington Sebastián Abreu.

A los 16 años, Abreu es convocado por la selección nacional sub-17 de baloncesto, de la que fue expulsado por mala conducta. A las pocas semanas fue convocado a la selección nacional de fútbol sub-17 con la que no tuvo mucha participación pero valió la pena que los equipos más importantes se fijaran en él y así dio el salto desde el humilde Nacional de Minas al Defensor Sporting, donde solo un año después ya debutaba en primera división.

Su impacto fue inmediato y a pesar de no jugar tantos partidos por su juventud, anotó muchos goles, lo que le permitió tener un promedio goleador muy impresionante y fue así como San Lorenzo de Argentina se fijó en él e hizo su fichaje. El club argentino se encontraba en una situación difícil al punto que cuando ingresó al vestuario por primera vez, Oscar Ruggeri dijo "¿Este es el que nos va a salvar?". Sin embargo, en su debut, Abreu marcó un gol ante Boca Juniors en La Bombonera, que ayudó al club azulgrana a empatar ante el Xeneize. Luego de ese momento, el uruguayo se instaló en San Lorenzo donde, curiosamente, fue donde se ganó su icónico apodo de "El Loco" por su forma de ser tan alegre y bromista.

Deportivo La Coruña
Deportivo La Coruña: el primer club europeo de Abreu

El resto de su carrera

En poco más de un año fue vendido al Deportivo La Coruña y firmó un contrato por seis años, iniciando una tendencia que sería una constante en su carrera: cambiar de club en poco tiempo. Sin haber cumplido los 20 años, Abreu estuvo en su tercer equipo en tres países distintos.

Su personalidad le valió ser muy querido en el equipo por sus compañeros, sin embargo en lo deportivo no tuvo un muy buen desempeño a nivel goleador y por ello, solo seis meses después, con la llegada de Javier Irureta al banquillo galleg , inició una serie de cesiones por varios clubes en varios países como Gremio en Brasil, Tecos, América y Cruz Azul en México, un regreso a San Lorenzo en Argentina y a su país, para jugar con Nacional de Montevideo, club de del que es fan desde niño.

Una vez finalizado su contrato con el Deportivo La Coruña, tuvo varios pasos por México, Argentina (en este caso por River Plate), Israel (Beitar Jerusalén), España (Real Sociedad) y Grecia (Aris), desde donde llegó al Botafogo en Brasil. Además de trotamundos, Abreu también era un gran jugador y por eso desde muy joven fue convocado a la selección de su país, con la que vivió muchos momentos ilusionantes tanto en lo positivo como en lo negativo y el más recordado por la mayoría de los fanáticos y el mundo es lo que pasó en Sudáfrica, durante la Copa del Mundo de 2010.

En el partido de cuartos de final de la competición, donde se enfrentaron Uruguay y Ghana, Abreu estuvo en el banco de suplentes, como venía siendo habitual durante el torneo ya que los titulares eran Suárez, Cavani y Forlán, que jugaba más retrasado de lo habitual. El equipo africano se adelantó con un gol de Muntari en la primera parte ya los 10 minutos de la segunda, Forlán empató. Abreu entró en el minuto 76 por Cavani, en un partido que se mantuvo muy igualado hasta el final y por tanto llegó a la prórroga. La igualdad continuó hasta el minuto 120, una falta a favor de Ghana, llegó al área de Uruguay donde tras un par de tiros y rebotes, Adiyiah remató de cabeza a Muslera pero fue rechazado en la línea de gol por Suárez con las manos. El árbitro señaló penalti y expulsó a Suárez.

Gyan tomó el balón y ejecutó el penalti que pegó directamente en el larguero, llevando el partido a la tanda de penaltis. Abreu era bien conocido por lanzar penaltis al estilo Panenka y en esta tanda pidió ser el quinto pateador. La víspera, la selección uruguaya estuvo practicando penaltis en un entrenamiento, donde Abreu falló los tres que ejecutó.

Durante la tanda de penaltis, Abreu se fijó en los movimientos del portero ghanés para saber si era factible patear el penalti como solía hacer, hasta el punto de impacientarse con su compañero Jorge Fucile por la insistente pregunta sobre los movimientos del ghanés. Con un 3-2 a favor de Uruguay, le tocó el turno a Abreu. Todos los que conocían a Abreu sabían que haría una Panenka sin embargo el portero ghanés pareció desprevenido ya que no pudo detener el penalti de "El Loco" lanzándose a su derecha.

Ecuador, Paraguay, El Salvador, Chile y varios regresos a Brasil, Uruguay y Argentina fueron los próximos destinos de Abreu, quien terminó su carrera en el Olimpia de Minas de su ciudad natal. Después de una carrera de 26 años, "El Loco" estuvo en 31 clubes diferentes, estableciendo el Récord Guinness como el jugador que jugó en más equipos. El espacio de este artículo no alcanza para contar las innumerables anécdotas de este jugador cuya calidad fue eclipsada por su personalidad y experiencias.