La leyenda silenciosa de Ernst Happel

Si hablamos de entrenadores que han ganado la Copa de Europa con dos clubes diferentes o que han ganado ligas en cuatro países europeos, la mayoría pensarían en Carlo Ancelotti o José Mourinho y con razón. Sin embargo, antes de ellos, ya este tipo de hazañas habían sido logradas por otro gran entrenador, Ernst Happel.

El estadio Ernst Happel de Viena
El estadio Ernst Happel de Viena
El austriaco se caracterizó por alcanzar logros importantes con clubes que, hasta ese momento, no estaban acostumbrados a llegar a esos niveles, algo que logró con un estilo particular; estratega, estudioso, serio, hombre de pocas palabras y un cigarro siempre en su mano.

Happel como jugador

Happel fue un destacado defensor central en la liga austriaca donde pasó la mayoría de su carrera profesional como jugador, junto a un paso de dos años por el Racing Club de París. Happel jugó solo en el Rapid Viena mientras estuvo en su país donde, curiosamente, formó una gran pareja en defensa con Max Merkel, otro que sería un exitoso entrenador. También formó parte de la selección nacional de Austria con la que participó en dos mundiales (1954 y 1958), finalizando en el tercer puesto en Suiza 1954.

Países Bajos

Su carrera como entrenador inició en Países Bajos, específicamente en el humilde ADO Den Haag, donde pasaría 7 años (con una breve etapa en lo que fue un caso particular del futbol llamado San Francisco Golden Gate Gales) y ganaría su primer trofeo como entrenador, la Copa de los Países Bajos, dejando entrever lo que se convertiría en su sello de identidad; levantar trofeos con equipos sorpresivos.

Feyenoord flag
El buen trabajo en Den Haag, captó la atención del Feyenoord que fue por el entrenador austriaco, siendo una de las decisiones más acertadas de la historia del club ya que, en su primer año ganaría la Copa de Europa, la primera y única del club y la primera de cualquier club neerlandés. Con Happel en el banquillo, el Feyenoord ganó una notoriedad internacional en el futbol sin precedentes para Países Bajos debido a que, no solo ganó la Copa de Europa sino que enfrentó al Estudiantes de la Plata de Osvaldo Zubeldía por la Copa Intercontinental, igualando el partido de ida en el estadio La Bombonera a dos goles luego de ir perdiendo 2 a 0. En el partido de vuelta en Rotterdam, un gol de Joop van Daele quien entró desde el banquillo para convertir en campeones del mundo al Feyenoord y a Happel. Un año después, también ganaría la Eredivisie, su primera pero no ultima liga nacional.

Luego de 4 años en Rotterdam y en un movimiento de carrera, cuanto menos sorprendente, Happel se convirtió en entrenador del Sevilla que en aquel momento estaba en Segunda División. El austriaco quería conocer la ciudad y experimentar el estilo de vida de Sevilla aunque su experiencia en España solo duró media temporada. Casi inmediatamente recibió el llamado del Club Brugge e inició una etapa llena de éxitos para el equipo belga.

Bélgica

En sus 4 años en Brugge, ganó 3 ligas de forma consecutiva y una Copa de Bélgica y lideró al Brugge a una final de Copa UEFA en 1976, que perdió a manos del Liverpool de Bob Paisley, que contaba, entre otros, con Kevin Keegan quien anotó dos goles para el 4-3 de agregado final. Dos años después, Happel alcanzaría su segunda final de Copa de Europa, nuevamente contra el Liverpool de Paisley, quien le arrebataría el trofeo gracias a un gol de Kenny Dalglish.

Esa temporada sería la última de Happel como entrenador del Club Brugge y durante ese año compartió su trabajo en el equipo belga con el de entrenador de la selección nacional de Países Bajos, disputando el mundial de 1978, sin Cruyff, quien decidió no participar en el torneo. En esa época, el formato de la competencia era de dos fases de grupo desde donde salían los dos finalistas y los que disputarían el partido por el tercer puesto. Paises Bajos llegaría a la final, dejando en el camino a Italia, Alemania Occidental y a la selección del país natal de Happel, Austria. En la final, fue necesario ir a tiempo extra para romper el empate a uno, donde Argentina logró imponerse con los goles de Kempes y Bertoni.

Al finalizar el mundial, tuvo otro de esos pasos particulares que siempre acompañaron la carrera de Happel, fichando por el Harelbeke de Bélgica, permaneciendo solo 6 meses antes de ir al Standard Liège, donde duró 2 años y ganó la Copa de Bélgica, rompiendo una mala racha del club de 6 años sin ganar un trofeo y 14 años sin levantar la Copa de Bélgica.

Hamburger

En 1981, siendo ya un nombre importante en Europa, se muda a Alemania para entrenar al Hamburger SV donde en su primer año ganó la Bundesliga y llegó a una nueva final de la Copa UEFA que perdería ante el sorprendente IFK Göteborg, que era entrenado por un, hasta ese momento, poco conocido Sven-Goran Eriksson. Al año siguiente, repetiría la Bundesliga y tendría revancha en Europa, pero en esta ocasión, en el máximo escenario europeo, la Copa de Europa.

Esa temporada, el Hamburger enfrentó en la final a la Juventus de Platini, Scirea, Zoff, Boniek y Paolo Rossi con Giovanni Trapattoni en el banquillo. Un gol de Felix Magath en el minuto 8 fue suficiente para que el club alemán, al igual como le ocurriera a Happel en el Feyenoord, ganara su primera y única Copa de Europa de su historia, además de convertir al austriaco en el primer entrenador en la historia en ganar la competición con dos equipos diferentes. Antes de finalizar su exitosa etapa de 6 años en Alemania, ganó una DFB Pokal.

Regreso a casa

Luego de triunfar por Europa, Happel decidió entrenar por primera vez en su país, uniéndose al Swarovski Tirol. Fiel a su carrera, el entrenador austriaco ganó los primeros trofeos de las vitrinas del club; dos Ligas y una Copa en sus dos primeros años, convirtiéndolo en el primer entrenador en ganar la liga y la copa nacional en cuatro países. En 1992, seria contratado por la Federación Austriaca de Futbol para entrenar a la selección nacional sin embargo, al ser un fumador empedernido, desarrollo cáncer de pulmón que terminó por acabar con su vida en ese mismo 1992.

Quizás el hecho de no haber entrenado a uno de los clubes top de Europa no le ha permitido ganar el reconocimiento mundial que debería tener aunque está claro que el austriaco forma parte de un grupo selecto de los mejores entrenadores de la historia de este deporte.