Real Madrid vs Castilla, final de la Copa del Rey 1979-80

El futbol tiene algunos momentos únicos e irrepetibles que quedan en algunos casos como anécdotas o curiosidades y en otras como hazañas, lo que le añade un gusto adicional especial a este deporte. El 4 de junio de 1980, se disputo la final más madridista de la historia ya que el partido decisivo de la Copa del Rey de ese año era el Real Madrid enfrentando a su filial, el Castilla, en el estadio Santiago Bernabéu.

Bandera de Real Madrid
Hoy en día, esa final es imposible de repetirse tanto para el Real Madrid como para cualquier club de futbol en España ya que los filiales no participan en la competición 1990 y es por ello que esta historia resulta ser tan particular y única en la historia del futbol español. A continuación vamos a hacer un repaso de cómo se dieron las cosas en esa temporada para que la final de Copa del Rey fuese un encuentro de un equipo contra su filial.

El camino a la final

El equipo principal del Real Madrid tuvo unas duras eliminatorias para alcanzar la final principalmente en los cuartos de final, cuando se enfrentaron al Real Betis, que en aquella temporada estaba teniendo un muy buen nivel que le valió para finalizar quintos en la liga española y un derby madrileño contra el Atlético de Madrid en semifinales que se decidió por penales, luego de dos empates (0-0 y 1-1) en los dos partidos de la eliminatoria. El club blanco gano 4-3 desde los doce pasos.

Por su parte, el Castilla tuvo un camino considerablemente más complicado considerando que estaban participando en el campeonato de Segunda División y que se trataba de un equipo filial. En esa época, a finales de los años 70 y principios de los 80, los equipos vascos tuvieron su mejor momento histórico y curiosamente, el Athletic Club de Bilbao fue el rival del Castilla en los octavos de final y la Real Sociedad el rival en cuartos de final.

El equipo donostiarra fue el obstáculo más difícil de superar no solo porque ganaron el partido de ida por 2-1, lo que obligó al Castilla a remontar la eliminatoria ganando 2-0, sino porque la Real Sociedad era el equipo que estaba compitiendo el liderato de la Primera División contra el primer equipo del Real Madrid. De hecho, luego de caer ante el Castilla en el partido de vuelta de la Copa del Rey, el equipo vasco visito al Sevilla en la penúltima jornada de liga y cayó ante los andaluces, lo que le dio la oportunidad al Real Madrid de tomar el liderato de la liga para posteriormente consagrarse campeón.

Por el buen estado de forma del equipo donostiarra, se dice que la remontada del Castilla afecto la moral del equipo y fue por ello que cayeron ante el Sevilla. En semifinales, el filial del Real Madrid se encontró a un cuarto equipo de Primera División en su camino a la final (había enfrentado al Hércules en la cuarta ronda), el Sporting Gijon de Quini que, cabe mencionar, finalizo tercero en el torneo de Primera División de 1979-80. El equipo asturiano se adelantó en la eliminatoria al ganar 2-0 en el partido de ida sin embargo un impresionante 4-1 a favor del Castilla en el partido de vuelta permitió al filial alcanzar la final del torneo.

La final

Normalmente, el Castilla tenía sesiones de entrenamiento junto al primer equipo del Real Madrid sin embargo, en la semana previa a la final, el club decidió enviar al filial a entrenar aparte, en un campo de entrenamiento algo alejado. El día de la final, a pesar de que se trataba de un partido entre prácticamente amigos, los jugadores del primer equipo tuvieron una actitud intimidante contra los jugadores del Castilla para que salieran desconcentrados al partido.

El filial se caracterizó durante toda la copa por ser un equipo que se apoyaban durante todo el partido y que tenían un espíritu ganador y de nunca rendirse que, el día de la final, no se vio. Los propios jugadores del Castilla reconocieron que fueron individualistas por tratarse de una gran vitrina para ellos y además les falto la intensidad que les había sobrado en las rondas previas. Al final, el encuentro termino 6-1 a favor del primer equipo.

Luego de la final, durante la celebración en el campo, ambos equipos levantaron el trofeo y disfrutaron el momento como si no hubiese habido ningún perdedor. Esa final, dejo una foto en la que aparecen ambos equipos mezclados posando con la Copa del Rey, una imagen que se volvió icónica de lo que fue aquel suceso del futbol español y mundial. Curiosamente, a pesar de haber sido derrotado, el Castilla gano la clasificación a la Recopa de la siguiente temporada ya que el primer equipo había sido campeón de liga y por lo tanto estaba clasificado a la Copa de Europa. Ese Castilla ha sido el único filial en la historia en participar en una competición europea de la UEFA.

Cambios en la norma

Posterior a la final, los filiales pudieron seguir participando en la Copa del Rey por diez años más, hasta que para comienzos de la temporada 1990-91, la RFEF (Real Federación Española de Futbol) realizo cambios en la normativa que hacían que los clubes incluyeran de una forma más dependiente a sus filiales dentro de sus estructuras, rompiendo un poco la relativa independencia que tenían los filiales en esa época, donde tenían sus propias identidades.

Si bien el término filiales se ha mantenido hasta la fecha, desde un punto de vista reglamentario, son considerados como equipos dependientes. Esto cambio la perspectiva sobre los filiales ya que eran parte de sus clubes principales, por lo tanto, no podían participar dos equipos del mismo club en una misma competición. Un par de años después, se creó la Copa Federación (o Copa RFEF) donde participan equipos de las divisiones menores del futbol español y allí estuvieron participando los filiales hasta 2019.